Pero lo seguimos intentando
Este mes, mientras intentaba escribir este resumen, me di cuenta de lo rápido que pasa la vida y de cuánto la llenamos con nuestros días ocupados. Podría decir que este no ha sido el año que esperaba, pero sería injusto con la vida misma. Tengo una familia que me quiere, un hogar donde refugiarme y comida que nunca falta en mi mesa. ¿Cómo no estar agradecido? Estos son los cimientos que me sostienen, y aunque a veces los damos por sentado, son un privilegio por el que agradezco cada día.
En lo personal, este año me ha traído aprendizajes que no esperaba; aunque muchas veces ha sido duro, durísimo. Me han pasado cosas que nunca pensé que ocurrirían. He perdido personas que nunca imaginé perder, y he redescubierto que no debo esperar demasiado de los demás. Cada quien puede y debe ser lo que quiera y lo que pueda ser. No podemos cambiar eso.
Al final, no podemos hacer que alguien vea algo que no está listo para ver. Creo que hay que diferenciar entre ser independiente y caer en el egoísmo o la falta de empatía. Lo entenderán cuando llegue su momento, aunque, tristemente, muchas veces sea tarde.
En lo profesional, también he aprendido grandes lecciones.
Me considero un emprendedor, para bien o para mal, y eso significa que siempre tengo ideas, proyectos y sueños en mi cabeza. Este año me ha dejado claro, una vez más, que cuando disparas a cinco objetivos, es menos probable que aciertes que si disparas cinco veces al mismo. Aunque no siempre logré lo que esperaba, no me detuve por miedo. Y si he caído, ha sido porque lo intenté. Quiero que, al final de mi vida, pueda mirar atrás y decir con orgullo que no dejé de buscar lo que quería, que no me paralizó el temor al fracaso.
A veces, cuando las cosas no salen bien, me he preguntado: “¿Qué mensaje me está enviando la vida? ¿Qué debo aprender de esto?” No tengo todas las respuestas, pero sigo buscando, porque sé que detrás de cada caída hay una oportunidad para crecer. Y aunque crecer duele, también nos transforma.
Hoy miro este año con gratitud. Por las cosas buenas, por los momentos duros, por las personas que se quedaron y también por las que se fueron. Gracias a la vida por darme un año más para caer, levantarme, aprender y avanzar. Al final, eso es lo que importa: vivir con intención, buscar ser mejor, y seguir adelante con lo que tenemos. Y, para mí, eso ya es suficiente.
Deja una respuesta